No sólo en la temporada fría los roedores invaden nuestras casas o departamentos en busca de calor, refugio y alimento al interior de nuestras viviendas, sino que siguen haciéndolo durante todo el año.
Sabemos que los cebos rodenticidas (veneno para roedores) se formulan con venenos anticoagulantes, y que éstos son monosódicos, en donde la cantidad ingerida por el roedor lo lleva a la muerte, dado que la dosis ingerida se encuentra en relación al peso promedio corporal de los roedores, por lo cual es raro que la cantidad ingerida por un perro de 30 kg le produzca tal efecto.
Como contrapartida, un cebo resulta agradable al paladar y también que, un cachorro no paladea la comida sino que suele consumirla compulsivamente, de modo que podría llegar a consumir esa dosis fatal en caso de que se encuentre libremente disponible.
No obstante, un roedor no muere de forma inmediata luego de consumir el cebo, sino que suelen recluirse en sus madrigueras o a realizar conductas de traslado disociadas (fuera de lo normal), vagando de un lugar hacia otro de forma atontada.
De la misma manera que afecta a un roedor, nuestras mascotas luego de ingerir el rodenticida, puede tener conductas y síntomas similares a las descriptas en el párrafo anterior para los roedores, pero exhibirá además lo siguiente:
Estos síntomas son parte de un proceso, que en caso de no actuar adecuadamente, pueden llevar a la mascota a su muerte.
Existen dos maneras que nuestras mascotas pueden ser envenenadas por rodenticidas: i) consumiendo rodenticidas o ii) comiéndose un roedor envenenado; esta última es la causa más frecuente de envenenamiento de las mascotas.
Ante síntomas de envenenamiento de un animal, o sospechas de que ello haya ocurrido se deberá realizar los siguientes pasos:
(*) Fuente: Newsletter – Entomo – La Casa del Fumigador (Juan B. Alberdi 3001 – CABA)