El nivel de riesgo que tienen las plagas para las empresas varía según la actividad de cada rubro, por lo que es importante que el programa de Manejo Integrado de Plagas (MIP) sea el apropiado para cada necesidad.
Es fundamental realizar una evaluación, monitoreo y manejo de la actividad de las plagas para identificar, prevenir y eliminar las condiciones que puedan estimular o sustentar una población de plagas. Las normas de esta categoría están relacionadas con el MIP. Si bien es importante eliminar las plagas de una instalación, es más importante evitar que las plagas tengan la oportunidad de desarrollarse en un ambiente de elaboración de alimentos creando un hábitat. Las normas para el MIP proporcionan estrategias de múltiples enfoques con el fin de garantizar la inocuidad de los alimentos.
El MIP es el arte de combinar el conocimiento de la biología y el comportamiento de las plagas con la experiencia en la utilización de las distintas herramientas disponibles y la habilidad de adaptarse a la multiplicidad de circunstancias en las que se presentan las plagas. El objetivo principal es disminuir al máximo los factores de riesgo que posibilitan la proliferación de roedores e insectos a través de mejoras ambientales, culturales y de infraestructura y paralelamente reducir la aplicación de productos tóxicos al máximo posible a fin de prevenir su exposición al contacto humano y evitar contaminaciones innecesarias. Hoy en día, en la mayoría de los países desarrollados su implementación es obligatoria y se encuentra regulado por organismos internacionales como la OMS.